Fernanda despertó, como siempre a las 8 de la mañana, y sintió el frío cuerpo distante de Miguel y no pudo hacer otra cosa que levantarse y alistarse para ir a trabajar; ella era una artista plástica que por ahora se encargaba de una galería ubicada en la colonia Roma, y conforme tomaba sus cosas, empezó a recordar todos los pendientes que tenia que hacer durante la semana , en ese momento escucho que desde el baño Miguel se despedía de ella en un tono forzado con un "Adiós y no olvides que te amo". A lo que ella contesto: "Igual yo amor"; Después de eso salió por la puerta.
Miguel abrió la regadera y espero a que el agua se calentara y mientras fue a la cocina a servirse una copa de vino tinto, cosa que hacia regularmente por la mañanas cada vez que sabía que algo bueno le iba pasar, era como su forma de expresar su sexto sentido y que muchas veces le había traído problemas con Fernanda , la cual pensaba que era una actitud de alcohólico.
Empezó a tomar un poco de vino rumbo al baño y la dejo encima de el escusado para poder meterse a la ducha; sintió como el agua recorría su cuerpo y en ese momento un leve mareo rodeo todo su cuerpo, pero pensó que se debía aca se acaba de levantar y todavía no terminaba por despertarse, conforme se seguía duchando el mareo continuaba y fue cuando se dio cuenta que algo andaba mal, y este fue su último pensamiento, antes de que su cuerpo chocara contra la pared para luego rematar su cabeza contra la llave del agua, la cual le hizo una enorme abertura en su cabeza por la cual empezó a brotar toda la sangre a una velocidad inexplicable, lo único que trato de hacer fue gritar de dolor y pedir ayuda, pero su cuerpo poco a poco se fue desvaneciendo, lo mismo que su vida, hasta que sus ojos se fueron llenando de obscuridad y nada ni nadie podía hacer algo por él.